Historia
Los primeros datos de población se estima que fueron del Neolítico, sucediéndose después "' etnias" célticas en los famosos castros, cuyos núcleos de población se situaron en lugares elevados y estratégicos. Los restos de esta época se prolongan a través de la Edad del Bronce y del Hierro, hasta después de la invasión musulmana.
Durante la invasión árabe fue importante la zona de Luna en la Reconquista. Se constituyó en una roquedad imposible de atravesar. Las guerrillas pastoriles que habían acunado la monarquía se concentraban en el imponente Castillo, que se constituyó en el eje histórico de la comarca. Alfonso III, hijo de Alfonso II, reafirmó la privilegiada situación del Castillo de Luna y fortificó Torrebarrio y Torre de Babia.
El Condado de Luna fue un estado feudal con pendón y moneda propia; en la alta Edad Media fue lugar de descanso de la corte de León.
Durante el siglo XIX los ejércitos de Napoleón ocuparon la parte norte de la provincia, sobre todo en Luna, y una vez más los " guerrilleros" de las montañas cantábricas reconquistaron las plazas invadidas por el ejército francés.
El antiguo concejo de Luna de Arriba o de Suso correspondía al ayuntamiento de Láncara de Luna. Como consecuencia de la construcción del embalse del Pantano de Luna sepultó, en el año 1.956, siete pueblos del ayuntamiento de Láncara de Luna: Arévalo, Campo de Luna, Lagüelles, Láncara de Luna, Oblanca, San Pedro de Luna y Santa Eulalia de las Manzanas. Como consecuencia de ese hecho el ayuntamiento se trasladó a Sena de Luna.